
Dragon Ball: 40 años de un fenómeno cultural en Chile y el mundo
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Este año se cumplen cuatro décadas desde el estreno de manga de Dragon Ball en Japón, lo que posteriormente se transformó en anime, lo que rompió récords en todo el mundo.
Hace cuatro décadas, un joven llamado Akira Toriyama creó lo que sería una de las obras más icónicas del manga y el anime: Dragon Ball. Inspirado en la novela clásica china Viaje al Oeste y con su particular toque de humor y acción, esta historia comenzó a publicarse el 20 de noviembre de 1984 en la revista Weekly Shōnen Jump. Lo que parecía una simple historia de aventuras protagonizada por un niño con cola de mono, Son Gokú, rápidamente se transformó en un fenómeno global, marcando generaciones y culturas en todos los rincones del mundo.
El impacto en Chile: un legado imborrable
En Chile, uno de los momentos clave para la llegada del anime a Chile se debió a Juan Andrés Salfate, conocido divulgador cultural y publicista. En sus programas y columnas, Salfate no solo presentó Dragon Ball como una serie, sino que lo posicionó como un fenómeno cultural, destacando sus mensajes y estética. Su entusiasmo contribuyó a consolidar el anime como parte del entretenimiento mainstream en los años 90 y 2000 no solo en Chile sino que en toda Latinoamérica.
En conversación con el publicista, él comenta que “el año 1992 y se estaban celebrando los Juegos Olímpicos de Barcelona. En ese momento se generó un fenómeno en España que llevaba algunos meses que era esta serie de animación japonesa conocida como Dragon Ball y el estallido popular fue particularmente en la parte catalán como Barcelona”
“Un colega, amigo crítico de cine llamado Jordi Costa escribió un artículo sobre el fenómeno de Dragon Ball en España en una revista llamada Ajo Blanco y donde explicaba que la gente que quería llegar a los estadios para poder asistir a los eventos olímpicos le costaba mucho porque eran tanto los fanáticos de esta serie japonesa que hacían ferias libres intercambiando merchandise en hechizos, dibujos, poleras, lo que fuera, hechos por ellos mismos sobre esta serie”. Esto al no existir un mercado establecido de productos oficiales de Dragon Ball.
Salfate cuenta que entró en contacto con Costa en uno de sus viajes a España, ahí vio la serie y se decidió a traerla a público chileno, aunque no todo fue facil:
“La traigo a Chile, muestro, me costó mucho lograr pedir permiso en el canal Rock and Pop para Maldita sea original junto al Rumpi y Rodrigo Pera Cuadra, las jefaturas me dicen que no muestre nada de eso, que no creen que vaya a causar impacto, yo desobedezco, lo hago igual y luego la gente se volvió loca con lo que mostré, que era en ese caso el vídeo de los tres super saiyanos, así se llamaba en español, donde aparecía Trunks, Vegeta y por supuesto Goku y que combatían con unos androides que no son del canon de la serie”.
“La gente empezó a mandarnos dibujos por carta, por fax, a dejarlos presencialmente al canal y de ahí se inició todo un fenómeno donde, como se dijo en algún momento, Dragon Ball se convirtió por nuestra difusión en la serie más conocida de Chile sin que oficialmente se hubiese dado un solo capítulo en nuestro país y así partió todo”.
Click aquí para escuchar Entrevista a Salfate
Todo el fenómeno causo que Dragon Ball llegara en la década de 1990, cuando la televisión abierta buscaba contenidos que conectaran con audiencias jóvenes. Fue gracias a la gestión de canales como Megavisión que la serie encontró su espacio en pantalla nacional, terminando de cautivar a niños, adolescentes e incluso adultos con sus historias de superación, batallas épicas y valores como la amistad, el esfuerzo y el sacrificio.
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Los impulsores y su legado
La transmisión de Dragon Ball en televisión abierta rompió récords de audiencia en su horario, consolidándose como un evento familiar en miles de hogares. Los mercados de juguetes y productos licenciados explotaron, y hasta el día de hoy, es común ver en ferias y tiendas réplicas de las icónicas Esferas del Dragón. En Chile, eventos como Festigame, Anime Expo y Comic Con regularmente rinden tributo a este anime, reuniendo a fanáticos de todas las edades.
Además, Dragon Ball marcó el inicio de una tendencia: el interés masivo por la animación japonesa, abriendo las puertas a series como Sailor Moon, Saint Seiya y Pokémon. No solo inspiró a una generación de artistas y creadores locales, sino que también fortaleció la comunidad geek y otaku en el país.
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La transmisión en televisión abierta rompió récords de audiencia y convirtió a Dragon Ball en un evento familiar. Además, marcó el inicio del interés masivo por el anime en Chile, abriendo paso a series como Sailor Moon, Saint Seiya y Pokémon. Este fenómeno no solo inspiró a artistas y creadores locales, sino que también fortaleció la comunidad geek y otaku en el país.
El legado a 40 años
A pesar del tiempo, Dragon Ball sigue siendo un referente cultural. Desde los juegos como Dragon Ball FighterZ hasta la continuidad de la serie con Dragon Ball Super, el impacto de la obra de Toriyama es innegable. En Chile, incluso se han realizado eventos masivos para ver capítulos claves, como la batalla final entre Gokú y Jiren, demostrando que el espíritu del Saiyajin sigue vivo en el corazón de sus fanáticos.
Esta historia, que inició con la búsqueda de las Esferas del Dragón, no solo cambió la industria del manga y el anime, sino que también dejó una marca indeleble en la cultura chilena.